Y así llegó tan esperado 12 de junio (casualmente el cumpleaños de unos de mis fotógrafos -Abel-). Una nueva y dulce cita para tan mágicos momentos; la boda nada más y nada menos que en la Capilla de la Esperanza de Triana ¿he dicho algo?; los exteriores por las concurridas calles Pureza y Betis. Una sesión que bien podríamos catalogarla de un verdadero Workshop de fotografía social de boda; la coincidencia con la salida extraordinaria de la Virgen de la Estrella (otra Divina trianera) hizo que el reportaje por las calles estuviera repleta de gente que, curiosos, asistían a nuestras peculiares sesiones; incluso algunos atreviéndose a preguntar, opinar y proponer. Los novios, exquisitos y entregados, fueron verdaderamente los artífices de que todo mi equipo humano, Rocío, Rosa, Abel y este humilde fotógrafo, trabajara como verdaderamente nos gusta; quiero decir... distinto y rompedor.
Os dejo una pequeña muestra de tan hermoso día; no dejen de observar con detenimiento los ojos de Esperanza, la novia.
Besos a las damas; saludos a los caballeros.