martes, septiembre 21, 2010

Carlos e Irene: nada les robará su ilusión (28-8-10)

Conocí a Irene y Carlos en los pasillos de mi antiguo estudio, hace ya casi un año y medio; ellos buscaban mi oficina... y yo salía un momento a no se qué. Al verlos, supe que era la parejita que esperaba en aquella cita vespertina... “¿Carlos... Irene?” y no me equivoqué. Pocos días después de aquella tarde, me llamó por teléfono Irene comunicándome que nos elegían para cubrir su reportaje; nunca dejaré de sentir esa dulce emoción que recibo ante un nuevo y apasionante reto en forma de fotografía social. Pocos meses después de aquella llamada, encontré en la red, por casualidad, un comentario que Irene había dejado en un conocido foro de novias, en el que halagaba nuestro estilo y se enorgullecía de habernos contratado... Irene, nunca podré agradecértelo lo suficiente.

Y llegó el 28 de agosto del 2010. Carlos, el apuesto e ilusionado galán de Irene; ella, una delgadita mujer de ojos grandes cuya hermosura queda certificada en las fotografías de este post. Y todo el equipo de “Manolo Navarro –fotógrafos” que cubrió ese evento da fe, de que ninguno de los acontecimientos negativos imprevistos surgidos ese día, fue capaz de acabar con la ilusión de esta bonita pareja... ¿verdad Irene? ¿verdad Antonio? Nada es seguro cuando uno depende de terceros, pero sí el encontrar juntos la solución, como hicisteis vosotros dos.

Antonio, Irene... Irene, Antonio, espero que hayamos conseguido congelar para siempre, cada unos de los bonitos momentos de vuestro día, permitiéndome la libertad de arrojar a la papelera, aquellos otros que sólo traerían sinsabores; cribo y depuro los momentos para dejar sólo los hermosos. Os dejo un aperitivo de aquel hermoso sábado, en aquella tarde calurosa de Sevilla, en la Basílica del Gran Poder, ante el Señor de Sevilla (Él sí os bendijo), de un mes de agosto, con el delicioso recuerdo del paseo por las estrechas y sombrías calles de la Judería, con el colofón de una cena en la dehesa El Palmitero, en este, para vosotros, inolvidable 2010.

Agradecer como siempre, la rica e intachable colaboración de todo mi equipo humano: de Rosa que cada vez hace mejores fotografías, de Rocío mi especialista en detalles y alianzas, y de Abel el incombustible creador de nuevas perspectiva y capturas de momentos; un humilde servidor no es más que el que los une.

Irene no dejes de trasladarles besos sinceros a tu madre y tía... pero sobre todo a tu abuela Irene; Carlos trasládale también mis afectuosos saludos a tu familia; chicos ya estoy deseando volver a veros. Smuacks.